Aquí yacemos perdidos del mundo , reunidas en torno ideales comunes , a apetitos despiertos y nuevos,
que es lo que nos importan. Nadie se ocupa de la vida ajena en estos parajes pues no le alcanzan las horas para pensar y disfrutar del cuerpo. La piel, tan cubierta, ahora desnuda como una flor, se explora, se descubre como fuente inagotable de placeres .
Suerte la nuestra terminar varada en estos estanques de arena , estos despojos , dejadas de la mano de Dios, pues aquí reina la sensualidad , lo que otros llamarían el reinado de la carne. Todo es propicio para el amor, sea en pareja, en grupo o en solitario. El sol, las frutas , nos regalan nuevas sensaciones a este cuerpo que muchas pensaban en vías de extinción.
Felizmente vivimos en esta islote apartado .Este estanco de arena. Nadie puede espantarse de nuestras prácticas, ya pensando como civilizados. Yo , al menos he encontrado mi lugar en el mundo.
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