Y en medio de la batalla,
entre el polvo y el ruido
cuando más nadie aguardaba
una buena nueva
o nada de nada
estalló una granada gigantesca de flores multicolores
y dulces
entre ambos batallones .
La soldadesca de ambos bandos corrió tras los dulces, las flores , y
algunos se arrastraron por la tierra en pos de los milagrosos caramelos,
como niños, como si entre ellos ninguna riña los hubiera enfrentado jamás.
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