Desnuda ,
mi cuerpo inmóvil
recibe las finas gotas
de una sucia llovizna limeña.
Humedece mi cabellera de medusa,
las diminutas gotas alcanzan el contorno de mis hombros,
ruedan por mis senos ,
besan cada uno de sus pezones,
discurren por el serpentín de mi piel
rozan mis caderas en una suave caricia,
descienden hasta el vientre,
frondoso lecho carnal mío,
protegido por
mi intrincada enredadera de vellos,
aún así,
la humedad persiste.
Las minúsculas gotas ruedan
por ambas piernas ,
vencidas por la tenaz
tibieza de mi piel.
Desnuda ,
mi cuerpo desnudo e inmóvil recibe la llovizna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario