Nunca supe que timbre sonar
la tecla apretar,
a quien llamar
a qué hora ,
y con que palabras
halagar o insultar
para caer bien .
Bendita gracia lo que me importaba
Nunca supe sino escupir
hablar lo que mejor me parecía
cuando a mi mejor me las cantaba
Nadie pudo jamás amansar la furia,
que crecía en mis entrañas,
Ingobernable y salvaje
feroz y dulce
cuando al final
pude yo misma
domesticar mi cuerpo,
mi alma o como se llame
se diga esto que cargo
que nos hace distintos
raros, buenos, extraños.
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