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miércoles, 8 de julio de 2015
Desnuda,
siento la humedad de cada gota minúscula sobre mis poros
La llovizna discurre libre
por mi cuello,
alcanzan el contorno de mis hombros,
lo rodean,
bajan por mis senos.
Acarician cada monte,
no olvidan ningún secreto mío.
Besan el contorno de mis alveolos
Mi cuerpo desnudo permanece inhiesto,
como una estatua.
con esfuerzo
La llovizna cae sobre el lecho
de mi vientre,
y florece la suave capa
que recubre mi sexo.
Mis caderas oscilan entonces en un ensayo de danza
en un afán de liberación,
mi cintura reluce untuosa
y me asaltan unas repentinas ganas de bailar
de salir a la calle,
desnuda y húmeda a festejar la libertad
de ser y estar desnuda mojada y alegre
bajo la triste primera llovizna de esta ciudad sin lluvia.
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