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viernes, 24 de junio de 2016

Nadie sabe 
los desvelos ,
la angustia
por las noches 
por el día 
a causa de la herida.
Ya no salgo para que nadie note
que bajo mi ropa
vive un ser, 
una llaga maldita 
que crece, 
se hunde como una astilla en mi piel.
No debo molestarla 
a la primera mirada ajena
siento su palpitar furioso.
Una comezón, un dolor profundo
los bordes bordados de costra amarillando
Yo , en silencio. 

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