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miércoles, 22 de junio de 2016

Hombre, muchacho, señor, mujer, señora
confiesen, hablen, no tengo apuro , es el momento exacto.
La primera hora de la aurora cuando los recuerdos caminan por la casa y conversan entre ellos.
Digan,¿ cómo atravieso sin hundir mis zapatos en el lodo de la tristeza estos meses húmedos sin brillo alguno?
Son más de seis y sus días aterradores,
mis fuerzas tambalean.
He de coser un dobladillo en mis pantalones, una pita anudada en el índice que diga " no te rindas "  o arrancar de cuajo  el collarín del cuello que me ata a la casa , salir sola ?
Los días serán luminosos cuando yo vuelva a mis actividades en un horario más humano.
Mientras , practico con una garrocha pasar de un mes a otro,
clarear con ilusión infantil cada día, las horas frías, húmedas.
aquellas que todo ser evita, las amaré yo. 
Esas horas brotaran  poemas como flores.
Y será mirar cada mañana con ojos nuevos la flor/ poema que criaré  mientras se suceden leves , mansos las largas horas del invierno.

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