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viernes, 24 de junio de 2016

La cabellera al viento corrí en pos de mi extraño amor.
Dudé en salir por la herida que consumía mis días y sus noches.
Entre sus brazos, él arrancó la llaga con sus fauces.
Libre al fin, nos envolvimos uno en el cuerpo del otro.
Yo , en su cintura para abrazar su pecho anchuroso .
él desgarrando mi carne de a poco, 
bebiendo mi sangre tibia, enardeciendo, 
estremeciendo mi cuerpo de placer.
¿ Cómo  es que aguardé hasta hoy el encuentro ?
Así es el amor entre amantes,
sin fecha ni horario,
el deseo   gobierna el cuerpo,
Es fugaz , rotundo , y palpita en la sangre,
Nada  ni nadie lo atrapa para sí,
 Corre,  posee y se va , 
Vuelve cuando desea 
como una tempestad de estrellas fugaces.

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