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domingo, 19 de junio de 2016

El pecho a punto de estallar,
mis ojos  derraman sal
 mis labios sellados.
Debo dar a conocer el secreto.
Acabó el miedo.
La denuncia es inminente.
Ya no duermo  ni como
la llaga crece, se envilece morada
como un golpe, una herida que crece.
Pronto seré solo una herida purulenta.

Una traición ,
urdida en frías madrugadas
alrededor de un licor barato
trasnochados revolucionarios de  café.
Infelices, contra mi pobre poeta.
La poeta torna en leona 
Tengan mucho cuidado, compañeros
El felino ataca a matar.

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