Decidida, ingreso en la espesura del bosque.
De pronto, en la oscuridad me tomas por la cintura,
elevas mi cuerpo .
Hundo mi cabeza en tu pecho anchuroso,
nos acariciamos como fieras sedientas ,
que cada día se desean más.
Corremos fuera del bosque, de la ciudad
hacia donde nadie se espante de este amor.
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