Vistas de página en total

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Postrado ,  la inmensidad de su cuerpo sobre la yerba, bufando al cielo,  hallé a mi amante.
Se puso en pie y me llevó en vilo hasta sus ojos.
Gruesas gotas aceradas rodaban por su rostro.
Besé su boca tierna, bebí sus lágrimas, echamos a dormir. 

No hay comentarios: