Sucumbir a la pasión aún hiera en la piel sus caricias de sangre,
el gozo y el placer supremos son hoy mi razón de vivir,
y mi desvivir cuando a él se refugia en la espesura y no puedo esconderme en la calidez de su pecho.
Es inútil impedir que escape enrollada a su torso,
desnuda, trepada en su espalda titánica hacia lares libres .
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