Si tus labios paladearan el borde ,
la orilla de mis caderas revoloteando
algas , erizos, yuyos,
y los mil sabores de especias
de todas las tierras,
con los remolinos de algas
de las islas remotas,
seguirías el corso impetuoso
el gozo desenfrenado
de bacante en carnaval
en julio, agosto
con llovizna o
bajo la luz diáfana del sol.
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