Ella decide morir esta tarde.
Cava su tumba en el terreno
boscoso frente a su casa.
Afirma la tierra del hoyo.
Repasa las costuras de su mortaja,
las bastas, los encajes
aquella que su abuela cosió
con sus manos de ave,
tal como lo hizo
su bisabuela,
antes de partir .
A las tres de la tarde
se desnuda lentamente,
bebe el licor envenenado
saborea, relame
el sabor dulce de la bebida
en sus labios como último placer,
Viste la mortaja ,
se tiende en el hoyo
a esperar la muerte con los ojos abiertos.
Ningún pensamiento triste ,
ninguna emoción atormentan su alma.
Ella ha decido morir
pues la vida le cansa,
le agobian los ignorantes y los ingratos.
Nada peor
un ser sin memoria en el alma,
un ser mal agradecido.
Por ello, ella muere esta tarde
por desprecio,
porque contra la ignorancia,
y los miserables
nadie nunca ha vencido.
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