Vistas de página en total

lunes, 12 de octubre de 2015

Me apeo al tren del tiempo.
Mi vagón avanza a la velocidad de la luz,
yo  soy consiente de mi soledad,
de mis  manos pequeñas que nada saben hacer.
Temo. Espantada y temblorosa intento arrojarme al pasto,
abandonar el sueño de alcanzar otra vida . 
Miro por la ventana, 
descubro mucha gente abandonando su vagón .
Unos se abalanzan a otros y caen redondos sobre los rieles.
Otros se tiran por las ventanas.
Todos tenemos terror de aquello que nos espera.
Respiro hondo, me hundo en el sillón,, cierro los ojos.
Arribamos a la nada. 
Todo está por hacer.
Y una extraña alegría me embarga.

No hay comentarios: