Vistas de página en total

jueves, 8 de octubre de 2015

Esta madrugada volví a vagar por mis antiguas calles.
Me embriagué del olor a cemento sucio de la ciudad.
Avancé a paso ligero , llegué al mercado ,
donde tantas veces vendí mi alma por un poco de licor barato.
Vi a mis antiguos colegas, mis compañeros de juerga . Saludé a cada uno de ellos, estaban sentados en el suelo, contra la pared, tal como los dejé hace 10 años.
No me reconocieron.
Yo iba limpia y vestida con decoro.
Cuan lejana quedó aquella época que ni mis propios camaradas
me reconocen y  paseo por donde antes me embriagaba con desesperación.
Era acaso que había logrado domar mi angustia,
 mi ansiedad por destruirme en cada trago?
Dónde vive ahora el bicho aquél que me impulsaba a querer explotar cada noche, morir en cada trago y o inhalar   cocaína,
 como si fuera mi peor enemiga?
No lo sé, nunca lo sabre como tampoco cuando fue el día que se iluminó el cielo y pedí ayuda para dejar aquellas catacumbas.
Hace más de 10 años que soy una ciudadana, adicta a los deportes , al calor del hogar, a los abrazos de mi esposo. 
Mejor fortuna jamás imaginé.
.

No hay comentarios: