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domingo, 26 de octubre de 2014



Confiesa, 
de una vez,
tu canallada.
Engañar a una mujer con severos problemas mentales,
es de una mezquindad,
de una miseria de alma,
que entristece.
No escribiré más.
Jamás enunciaré tu nombre.
La vida, sabes?
Da vuelta, , castiga
con látigo en la piel desnuda
de alguien ,
que se hace llamar poeta.
Los poetas somos seres sensibles,
no entiendo tu voracidad por destruir
mi obra, burlarte de una persona enferma.
Te advierto
Un cortejo fúnebre avanza hacia ti.

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