Los ladrones que entran en mi casa
No roban dinero ni joyas
Vienen en pos de mi corazón.
Despedazaron mi alma.
Se la comieron, luego.
Regueros de sangre corren por mi casa
Camino hoy con un hueco en el pecho.
Nadie lo nota, ni me importa.
Yo sé de mi lastimadura.
Lágrimas negras riegan mi nuevo corazón.
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