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jueves, 3 de enero de 2013

Escóndeme entre tus brazos
como una avecilla, 
Así como cuando protegías mis días
de la oscuridad
La realidad es un incendio pavoroso.
Lenguas de fuego arrasan recuerdos.
Borran las palabras.
Debilitan huesos, músculos
Se deshacen ante mis ojos.
Yo, impávida clamo por ti
Eres el amante de los tiempo felices.
El salvador apasionado.
Mi recuerdo amable.
Clamo por una buena noticia
Nadie da esperanzas.
Los resultados son negros y fríos.
Aves negras rondan mi hogar.
No queda más por esperar.

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