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martes, 12 de abril de 2016

Se que tu nombre abrasa  mis labios,
que apareces en sueños y cohabitamos en el pecado.
De ti no puedo huir, 
ni todo el desierto me aparta del sabor de tu piel,
del calor de tus besos.
De ti no huiré.
Te amaré en la soledad del desierto,
serás la lumbre que encienda mis noches.
De día , acompañarás mi ruta.
Como ha sido siempre,
en silencio.

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