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jueves, 3 de septiembre de 2015

Aquí sola y muerta de frío , me atosigan de medicinas para que ya no vea a las hormigas pero es en vano. Las siento en mi cuerpo, subiendo y bajando por mi espalda, mordiendo , picando y haciendo ronchas rojas en mi piel . Ahora ya no puedo ni siquiera echarme kerosene como hacía en en casa, me tienen medio dormida casi todo el día y me llevan de un médico a otro en silla de ruedas. Yo , no te lo negaré me siento de lo más importante, pero el problema me sigue acosando noche y día.
Una doctora dice que es una culpa que guardo de cuando niña, otro doctor me mira , no dice nada , no pregunta y cuando quiero contarle , me cambia el tema y ordena que me retiren.
Bien raros son en este hospital , y las hormigas mientras , devoran mis pies y mis manos.

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