Vistas de página en total

martes, 29 de septiembre de 2015

El ataque del miedo se diluye 
como la llovizna contra mi ventana.
 Cuando cruzo la avenida
 el horror  parece haber huído ,
los autos no son mounstruos prestos a devorarme,
tomar mi cuello y arrollarme.
Por el momento, 
 la tregua se ha declarado,
disfruto de las horas dulces de la paz,
las saboreo .
No sé cuánto durará este tiempo manso,
cuándo la mano cobarde de la cobra
tomará mi tobillo para sí,  otra vez.

No hay comentarios: