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martes, 2 de diciembre de 2014

Mis pupilas recorren ávidas la imagen ,
palpitante  el pecho  , camino ,  sueño,
 saboreo su piel salada,
dos pares  de brazos , ni dos cuerpos míos
rodearían su torso de gigante.
Su estatura descomunal
la belleza salvaje perturba 
al  mismo mar.
Renace el  deseo de  su zarpazo de amor
las dulces  heridas sobre mi piel .

El aguarda intacto en su sitio
En la estantería bajo  una cómoda.

Sus ojos  acompañan mis pasos.

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