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martes, 4 de octubre de 2016

Armo una escalera para alcanzar una nube y descansar. 
Subo a un árbol, monto  una paloma , en el cielo alcanzamos a un cóndor, de alas poderosas, paso a ser su pasajera, remontamos con buen viento hacia el cielo y a la primera nube me lanzo y tomo la esquina como un almohadón. Me tiendo sobre la nube, plácida como una reina. Duermo, mecida por las corrientes , alumbrada por las estrellas.
No sé cuándo volveré a casa.

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