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viernes, 21 de octubre de 2016

He de lavar mi corazón , mis huesos, la piel , los órganos.
Todo aquello que mancillaron sus sucias  manos.
Arrojo mis partes en una batea , colmo de agua con jaboncillo,
la llevo a hervir a baño María por 6 horas.
El fuego lento purifica, mata , calcina todo resto del mal.
Los vapores suben al cielo y se hacen nube en el cielo.
Tres días más enfría el lavado .
Procedo al ritual de bendecir cada órgano ,
antes de colocarlo en su lugar ya sin mácula.
Los huesos los limo , pulo , abrillanto, han quedado
como nuevos y mi piel, 
cada poro he extirpado además con una pinza espinillas,
 y mi piel reluce como joven  adolescente.
Ellos quisieron manchar mi honra,
sacarme el alma, robarme el aliento.
hoy vuelvo a respirar pura , sin mancha.

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