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domingo, 7 de agosto de 2016

¿Qué puedo perder entre los rieles de un tren desvencijado sino es un amor?
Un amor jovencito, cubierto de polvo, intrépido y  aventurero como yo.
Que ame las aves que van a morir al recodo del río, las historias de los trenes ,
las sillas de cuero noble,  conversar horas sobre los misterios de las zonas marginales de  la ciudad. 
y a las poetas locos. 
No pido mucho.

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