Vistas de página en total

lunes, 22 de agosto de 2016

El barro recién apisonado , despide un olor delicioso . Las olas del mar estallan y me arrullan.
Allí dormí sin cama ni almohada y soñé con la playa, con mis recuerdos infantiles más hermosos.
Desperté ofuscado  pues las gallinas entraron y se divertían  picando   mi rostro sin cesar. 
 Sali a buscar cartones , eternit , cualquier material que hiciera de puertas y ventanas.
Me fui triste,  rechazando un tazón humeante de quacker, invitado por mi vecina.
Qué bien me hubiera sentado para este señorito ,que se inaugura de proletario, a mucha honra y por siempre.

No hay comentarios: