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sábado, 6 de agosto de 2016

Amo los cementerios de trenes, polvorientos y marginados de la ciudad, 
Un día aciago, el río inundará los vagones y se hundirán en el río hasta alcanzar la corriente del mar.
Serán fierro sobre fierro, irreconocibles unos de otros.
Nadie los volverá a ver nuevamente.
Nosotros sí los recordaremos con el corazón pleno de recuerdos felices.
Guardan en sus muebles , en cada asiento , un pedazo de nuestra infancia.

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