Una mujer levita a la hora parda.
Los ojos cerrados, flota entre la multitud.
Una masa bulliciosa de gente.
Ella no escucha nada.
En el puño, apretada el alma.
Una mujer levita a la hora parda.
Ella atraviesa la avenida sin cuidarse de los autos.
Los autos hacen sonar las bocinas.
No se inmuta.
En el pecho, apretada el alma-
Hombres , mujeres curiosos , no despierten a la mujer.
Ella sabe perfectamente
donde esconderá su alma.
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