Bueno vamos a jugar a las verdades.
Tu indiferencia se clavó,
como una espina envenenada en mi pecho.
En mi contra, confieso haberte dicho las dos palabras,
que tú más odias.
Fue una reacción instintiva , animal.
Qué diablos hacías del brazo de la madrastra que torció tu infancia?
Sí ,se que ella es la mujer del pezglobo.
Ellos crían caballos ,eso te hace sentir rica , exitosa.
Nunca debiste ignorar a tu madre por festejar a la nueva.
Eso partió mi cuerpo en dos.
Aún sangro por los ojos.
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