Busco al al traidor,
que me apuñaló cinco veces.
No vi su rostro.
Sí, el resplandor cegador de los cuchillos.
No conozco sus razones o sinrazones,
los izquierdos o los derechos.
No tengo mucho tiempo.
La hemorragia aumenta.
Mi vida pende de un hilo.
Moribunda, insisto en ver al hombre de los puñales.
Al menos, sabré cómo lucía su rostro .
Cierre mis ojos , luego.
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