Era hermoso peinar su cabellera finita ,
enlazarla con moños de seda,
y vestida de punto arroz,
sacarla a pasear.
Era mi Cucú, una paloma dulce,
responsable, seria desde muy niña
Mis dos avecillas relucían
como un sol de verano,
tan menudos, tan amarillos.
Mi paloma partió a otros nidos.
!Cuánto la añoro!
No sé si volverá.
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