Yo era un girasol hermoso ,
larga cabellera al viento,
tú, mi sol.
Me inclinaba leve
a beber los rayos de alegría
de tus labios.
Encendías mis ojos,
la piel de niña bien,
los sentidos dormidos.
Aprendí contigo,
a ser libre y ligera,
a reír con el cuerpo.
A soñar hasta el infinito ,
Supe que la libertad es posible,
cuando sigues el ritmo acompasado del corazón.
Lo recuerdo,
las tardes de llovizna,
esta mañana fría,
Siempre.
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