Amanecí trenzada de angustia .
No era el Horror, esta vez.
Es el terror de enfrentarme al enemigo.
A ese pezglobo que me mira con odio.
Mi hija que me observa el vestido,
Mi esposo y yo, juntos en terreno minado.
Al primer estallido, volamos lejos.
No pertenecemos a esa gente fatua.
Allá ellos.
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