Me gusta nadar en el océano de la soledad .
Sentir cada sonido del silencio.
Contemplar mis repisas colmadas de fotos alegres,
en las que todos sonreímos, celebramos .
Somos felices por un instante, para siempre.
Soy la dueña absoluta de mi espacio deshabitado.
Nadie sabe pero todos mis amores viven conmigo.
Cada uno de ellos me habla.
Y yo les contesto.
A los amores buenos , claro.
Al único, al malvado no lo cuento.
Es posible que él haya sido la pasión devastadora,
aquella que casi me lleva a la muerte.
Mi casa es ya un santuario de paz.
El perdió su sitio en mi alma, en mi vida.
Vive en el infierno del olvido.
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