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viernes, 21 de agosto de 2015

Yo escuchaba tambores de guerra
lágrimas de pesar,
e iba recolectando flores para mi propio funeral.
No recordaba la calidad de mis amigos.
Su amor a la labor encomendada.
Ellos pulen los guijarros en piedras preciosas,
Hoy siento orgullo de mi propia obra,
gracias a su amor, a su arte.
Este es un pésimo poema lleno de verdad y gratitud
dedicado a mis amigos Feli, Mary y Diego.
Los salvadores de mi libro.

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