La  frágil mujer atravesó solitaria la tarde.
No llevaba tesoros, 
Unos hombres ajenos la empujaron ,
con violencia quisieron arrebatar su tesoro.
Ella tomó su bolso  con todas sus fuerzas.
Nadie ni un millón  pudo con ella.
Magullada, sonríe victoriosa.

Esa frágil mujer soy yo, 
Me gusta atravesar solitaria las calles.
El forcejeo no me amedentra.
Adolorida espero a la farmacia.

Sería lindo arriesgarme a caer en tu abismo,
 piel habitando la mía,
a ojos cerrados sentir
nuestros cuerpos calcinandose. 
Soplará la brisa
los recuerdos de la pasión
desperdigaran a  simples cenizas .

Sería lindo abrazarte a mi soledad,
que tus palabras no sean cenizas al viento.
Ni tus promesas , una rosa pronta a marchitar.
Cargo a cuestas tantos años de leer el cielo.
Es dificil creer  pero hermoso saber que existes.

Tres noches sin dormir 
A cuestas llevo el cuerpo  afixiado. 
el alma estragada.

Tres noches  sin dormir.
A cuestas, llevo un cuerpo inquieto.  
No hay remanso que me abrigue.

Tres noches sin dormir.
A cuestas, pesadillas que se pegan a mi cuerpo.
 No hay promesa de  sueños mansos en el horizonte.

Tres venas moradas cruzan mi cuerpo
del   hombro izquierdo  al talón derecho.
Una cicatriz, mi rostro.
Yo no puedo amansar mis nervios.

Tres venas moradas  cruzan mi cuerpo

No respiro bien.
Duelen los huesos.

 Tres venas moradas cruzan mi cuerpo
 Tarde o temprano  
estallarán las venas, los poemas , mis sueños.

Más de mil venas moradas aprisionan mi cuello.
el corazón late a prisa,
temo no resistir.

Más de mil venas  moradas aprisionan mi cuello.
Están a punto de reventar.
Mi presión sube.
el calor es insoportable

Más de mil venas moradas aprisionan mi cuello.
Acezo , sudo.
y frío de muerte

Más de mil venas moradas aprisionan mi cuello.
Temo no resistir más.

30 noches he contado sin luz de luna.
Hubo una rara chispa de sonrisa una tarde. 
No recuerdo mucho.


30 noches he contado sin  luz de  luna.
Ni un solo destello en mi oscuridad.
Me afixia la estrechez y la soledad. 
He perdido la risa.

Mi cielo es plomo y silencio puro.
Quiero salir  a protestar con mi pueblo
30 noches sin  luz de  luna.


No resisto màs.

El  cielo gris  habla de ti,
de tus sonrisas  dibujadas entre las nubes, 
cantos rumorosos  entre la hojarasca 
y esta  llovizna que me habita,
ilumina parda,
las tardes de este invierno 
mil veces maldito.

Tu soledad abriga
mi piel ,
surcada de sonrisas. 
Risa traviesa,
cascada rumorosa
que recorre el viento,
besa mi  cielo,
río abierto hacia el mar.

Sería bueno leer las nubes
de este cielo plomo
o solo habitarlo entre la llovizna
en perfecto silencio,
ohne
el sonido hosco
de mis pulsaciones
corriendo
a mil por hora.

No encuentro señales
entre la llovizna ,
ni una sonrisa 
me habla de ti  .
hoy  la luz es ceniza
cenit de esperanzas
silencioso mar.

Quiero ver tus señales entre  la llovizna
que hoy me habita,
Leer algo,
 al menos.
Alimento del alma,
lumbre mía,
esposo,
Siempre.

No presiones,
no insistas,
rompes mis límites
la sonrisa es una mueca.
no te das cuenta
lo falso 
me agobia,
no nado bien 
ni siquiera floto
en tu delirio

No sé mentir
Quieres que invente
algo que no soy
no siento
no es?

No me da la gana,
amigo querido.

Naufragué  ríos turburlentos  
conocí el tormento 
la dicha superlativa,
a  regresar espuma.
en hilachas,
llagas,
guijarreada,
rebelde y victoriosa, 
satisfecha de algunos días, 
poca noche 
no niego nada,
no sumo ni resto,
matemáticas aparte,
he sido agua turbia, 
ola mansa,
playa serena 
tempestad destructora
cuánto más,
no sé,
ni  sabré.
Jamás.

Noche a noche 
surqué mareas oscuras,
aullé desesperada ,
a un silencio sordomudo.
Caí del precipicio donde
 bailo a diario}
 desafiando al 
vértigo del abismo,
tan tentador y
seductor,
Un mal viento
me arrastró por el barranco
hacia el mar bravo.
Hoy emerjo vestida de algas,
destellando sonrisas, 
sobrevivientes.

A mi hija, Claudia María,

He surcado mil oscuridades
mareada de vértigo
de mil  precipicios
abismos  insondables,
límites, fronteras,
pateé derechos ajenos, propios
estatales, privados,
morales,
el tablero casi
solo para conocer un  cielo difuso,
extraño
ingrávido,
soso.
Siempre hambrienta.

Volví a tu sonrisa,
verdadera
agua clara
al sol de tus ojos,
mi amor tu amor
mi vanidad ,
Claudia María
eres tú mi soberbia,
mi deleite,
mis miedos ,
aullidos a la luna 
mi pecho henchido.
mis niñas doradas.
mi  hija,
tu hija,
mis noches interminables
mi aurora,
mi ocaso,
felicidad absoluta
clara, intensa,
tangible y
fragante ,
hermosa
auténtica,
Cucú.

He surcado mil oscuridades
mareada de  vértigo
mil precipicios. 
Abismos  insondables,
rompí límites, fronteras,
Volví a tu sonrisa
a los soles de tus ojos
mi hija, tu hija

Valió la pena
el cielo tu cielo
Absolutamente.

A Claudia,

Atada   de cuerpo y manos

surquè   el horror de la oscuridad.

los aullidos de hienas
noche tras noche.

Al borde de la aurora contemplo tu sonrisa

de niña  dorada 

libero el dìa a punta

de felicidad 

ancha y amplia,

rescatada de la espuma.

Vuelvo a soñar  otra mirada.            

He pintado de azul mi habitaciòn
asì puedo  mojar  mis dedos en el  mar.
embriagarme de su fragancia.
Evoco espuma , brilla tu sonrisa
niño lindo.

No me olviden ,queridos
la soledad me habita
No me  olviden .