Atada de cuerpo y manos
surquè el horror de la oscuridad.
los aullidos de hienas
noche tras noche.
noche tras noche.
Al borde de la aurora contemplo tu sonrisa
de niña dorada
libero el dìa a punta
de felicidad
ancha y amplia,
rescatada de la espuma.
Vuelvo a soñar otra mirada.
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