Noche a noche
surqué mareas oscuras,
aullé desesperada ,
a un silencio sordomudo.
Caí del precipicio donde
bailo a diario}
desafiando al
vértigo del abismo,
tan tentador y
seductor,
Un mal viento
me arrastró por el barranco
hacia el mar bravo.
Hoy emerjo vestida de algas,
destellando sonrisas,
sobrevivientes.
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