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sábado, 30 de julio de 2016

Subí los arenales ardientes, quemé mi garganta solo por besar tus labios resecos de tanto besar, muchacho de cabellera roja.
He nadado por horas, bebí mis lágrimas desolada y eres hoy  el fantasma amado , aquél que  pinta  sonrisas en secreto, 
Sé que algún día dorado nos encontraremos. O jamás. No es importante.
Me acompaña el tañido de tu risa, el recuerdo de la alegría, el amor.

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