Vistas de página en total

viernes, 22 de enero de 2016

Recorrí su cuello, besé sus pechos suaves como el damasco,
arranqué gemidos de los labios virginales pero yo extrañé la fuerza, las asperezas de mi extraño amante.
No existe consuelo para tu ausencia. 
Ni mil muchachas en flor
 derrotan mis sentidos como tú.

No hay comentarios: