Vistas de página en total

miércoles, 27 de enero de 2016

La alegría de nuestro encuentro sería a mordiscos y desgarros desesperados .
Yo, gritaría feliz de placer , él gruñiría como la bestia que es.
Por la tarde, relamería con gusto las heridas del amor, contando una a una, recordando los ojos cerrados, la sonrisa torva.

No hay comentarios: