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martes, 5 de agosto de 2014

En tinieblas , bajo al establo. 
Siento una gran ilusión  en el pecho por salir a cabalgar a mi yegua blanca, que de tan blanca es azul, luego de semanas de lluvia.
Sé que mi yegua ama a la aurora . Los rayos de mil colores en el cielo.
la claridad del cielo, la libertad.
La ensillo veloz , me apeo a su grupa y cabalgamos como alma que se lleva el diablo.
Ella me guiará hacia dónde le plazca. 
No entrenaremos pues el frío húmedo podría dañar sus patas. 
Galopamos felices al mar dorado de espigas de trigo.
 a las cumbres azules,   al mar.
Donde ella emprenda el galope loco ,  hacia allí galoparemos.
Aún la  llovizna  traicionera convierta en lodo resbaladizo,
trotaremos a descubrir nuevos campos de mil colores.
La hermosa yegua blanca, que de tan blanca es azul,
su ama orgullosa ,apeada a su grupa , 
humedecida por la llovizna.

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