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viernes, 17 de agosto de 2012

Es la  soledad , aquella  amiga demoníaca que tuerce mis días 
Carcome mis huesos, la que se filtra debajo de mi puerta.
Hinca con sapiencia  la fibra más aguda del nervio.
Derrama  gotas ácidas en la mitad del alma
Es larga como  la noche  insomne.
Los colores de la mañana empalidecen ante su presencia
Grito desesperada por ayuda.
Asustada, pues mi casa es más grande en soledad
Aullo como una animal por una mano tibia .
Una caricia tierna, que enrede mi cabellera
La ternura de una compañía. Su calidez.
Es inútil,  la soledad me ha condenado a convivir con ella
Maldita enemiga .

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