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domingo, 31 de mayo de 2015

aquella mujer  ha posado su busto soberano sobre el relieve de la duna
y pide, como si en ello se le fuera la corona, la sangre , la misma vida, una gaseosa cero.
sé de sus ansiedades, una vez yo clamé  como ella por esos aditivos para subsistir en el páramo
eso fue antes de conocer la  lluvia de arena, la caricia leve sobre mi rostro,
el roce  mis hombros redondos.
las tormentas se suceden ,como ocurre en el desierto .
más he aprendido a descifrar el lenguaje de los vientos y la arena 
el cielo, las constelaciones de  estrellas.

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