una mañana de luz más pura aún que nunca llovieron flores en lugar de arena
no rosas como santa rosa ni girasoles sino miles de variedades de flores menudas
como si el cielo quisiera cubrir en pocas horas mi cuerpo desnudo la arena la playa
la duna la orilla hasta el el mismo mar de colores intensos
de azules prusia añiles azulinos morados en contraste con los colores bronce tierra de la duna
sin olvidar las flores rojas de tallos verdes como para el ojal, rojas carmesí casi naranja
intensos como los besos los ocasos o los rojos de las auroras en una sola flor
aquel día corrí como una niña trás cada flor riendo divertida ,la caída de la lluvia de las flores.
desde entonces salgo más temprano que el a la duna de arena a contemplar el cielo
a esperar la lluvia de arena o a celebrar la lluvia de flores en caso el cielo quiera celebrar una fiesta
sin aviso previo, como solo el cielo sabe hacer.
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