Cuando el sol arde y es una flama en el cielo,
los fumadores salen a la vereda a sentirse menos solos.
Tras umbrales perfumados de azahares y jazmines,
las mujeres de la calle taconean felices sobre la acera
encendiendo lumbres y bombillas de luces
y los ebrios de todas las calles del mundo
empinan los codos y se hacen hermanos abrazados
saltando por sobre las hogueras
del día de San Juan.
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