ellos confundían los tonos de luz rosados de la aurora
con los colores naranja y rojos del ocaso de tanto andar cabeza baja la nariz hundida en la arena húmeda
recolectando peces con una mano y perlas con la otra .
Eran montañas de escamas plateadas brillando escarchadas en la orilla de la playa,
que vendían a otros pueblos con la misma rapidez con la que llovía del cielo
Las mujeres en casa ensartaban con dedos ágiles las perlas en collares y joyas al punto de trasladar la mercancía a pueblos cada vez más distantes y diferentes pronto llegó al pueblo una prosperidad desconocida y peligrosa los muchachos quisieron conocer el mundo las mujeres marcharon de casa y los hombres algunos marcharon para no volver
Las perlas sirvieron para embellecer los acabados de las casas de los pescadores
al punto que quien contemplaba de lejos el pueblo de pescadores lucía nacarado y resplandeciente.
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