Recuerdo aquellas mañanas de mayo.
La luz diáfana nos cegaba con su resplandor
e iluminaba claramente
el espacio, el horizonte, el cielo
mi vientre florecido de lirios,
como si fuera febrero , enero, o el cielo.
Yo disfrutaba de la llovizna de arena
la caricia sobre mi piel ,
mi rostro sonreía de puro gusto
al .sentir el sol como gotas de miel.
Aquellos eran los días de un mayo maravilloso
mágico , misterioso ,
, de soles rotundos,
cielos translúcidos,
mares de arena dorados
brillaban como si fuera verano
en principios de un otoño intenso.
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