así vivimos bajo la embriaguez de la fragancia
de las flores campanillas
olvidados de nosotros mismos
por el contínuo goteo perfumado inmisericorde
de cada flor blanca destilada ,
explosión de olores en noches y auroras
enredada a nuestro cuerpo ,
a nuestro olfato confundiendo sueño y realidad
creando imágenes, laberintos oníricos aterradores o alegres, sea la hora o
el día , intentando no perder la noción de realidad , el rastro último de vuelta a casa ,
emprender el camino sin retorno al olvido distraída por el deleite del perfume
eso no debe ocurrir .
La confusión de la fragancia y las medicinas obnubilan mi cerebro por completo , merman con el placer la claridad, la lucidez y temo
perder
la señal de vuelta a casa,
aún mi familia o su familia quiera refundirme
entre la enredadera de flores campanillas perfumadas.
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